El estatus que ostenta actualmente Paolo Guerreo como una de las máximas figuras del fútbol peruano no es casualidad. Lleva años de trabajo y resultado que evidencian lo que hoy en día muestra en el área: un depredador del gol.
Sus comienzos no fueron para nada fáciles, porque tuvo que luchar contra todo tipo de conflictos por seguir su sueño de poner a Perú en lo más alto del mapa.
La historia del Depredador se remonta a su nacimiento en 1984, en Lima Perú. Nacido en el distrito de Chorrillos, proviene de una familia muy futbolera, por ejemplo, su tío, Jóse González, fue un histórico de Alianza Lima.
A los ocho años ingreso en la escuela de Alianza Lima, donde su sueño de ser futbolistas profesionales comenzó a germinar.
Allí conocería a otra futura estrella: Jefferson Farfán, que compartiría con él vestuario y entrenamientos.
El debut en Alemania
El debut se vio interrumpido por una repentina prueba con Bayern Munich alemán. El conjunto de Munich estaba muy interesado en la contratación del jugador, lo que ocasiono problemas entre Alianza Lima y Bayern, a lo que en cierta manera se asemejo al caso Anelka entre PSG y Arsenal. Alianza reclamaba un dinero que Bayern no estaba dispuesto a pagar, ya que consideraba que el pase no valía ese dinero, al no debutar nunca en Primera División.
El caso llegó al FiFA, donde se decidió que el equipo de Munich debía pagar los derechos formativos Alianza.
Unos comienzos duros
Los comienzos en otro país siempre son duros. Sin embargo, Paolo contó con el apoyo de ilustre peruano: Claudio Pizarro.
La andadura en el Bayern fue un poco agridulce. Constantes cambios entre la reserva y el primer equipo, sin llegar a demostrar la autentica valía que llevaba dentro.
A los 22 años, decidió dar un vuelco a su carrera, y recaló en Hamburgo, donde consiguió su mayor rendimiento futbolístico hasta aquel momento.
La vuelta a Sudamérica
Tras el periodo de aventuras en tierras alemanas, era tiempo de cambiar de aires. Brasil fue su destino, donde realmente consiguió mostrar el nivel que realmente atesora.
En 2012 comienza su primera etapa en tierras cariocas, recalando en Corinthians, donde pronto se haría un nombre.
El equipo de Paolo no era el gran favorito, pero las apuestas deportivas se dieron vuelta con la intervención del Depredador en el partido.
Tuvo la oportunidad de disputar el Mundial de Clubes y fue decisivo en la victoria del Corinthians. Metió el gol para ganar en la semifinal y el gol decisivo para ganar en final contra Chelsea.
Sin duda, uno de los momentos más felices del Depredador en su carrera, después de los últimos días en Alemania.
Tras unas buenas temporadas en Corinthians, Paolo y el equipo deciden separar sus caminos por motivos económicos, dejando atrás grandes partidos, y siendo uno de los ídolos del club.
Esta situación en 2015, le lleva a un nuevo club en Brasil, Flamengo donde inicia una nueva andadura.
Allí también demostraría rápidamente el tipo de delantero que es, terminando la temporada como máximo goleador del equipo, con 18 goles en 43 partidos.
Los momentos difíciles
El 3 de noviembre de 2017, Paolo Guerreo es suspendido tras dar positivo por cocaína en un control antidoping. El resultado le provoca 14 meses de suspensión lo que corta por completo las grandes temporadas que venía realizando anteriormente. A pesar de esto, consigue una medida cautelar que para disputar el Mundial de 2018, pero al terminar, tiene que estar en suspensión hasta junio de 2019, donde realiza su nueva reaparición.
El club alegre
Con su llegada a Inter de Porto Alegre, Paolo encontró el mejor lugar para volver a ser lo que fue. Se ha convertido en un referente del equipo y un goleador que deja su marca en cada partido, donde acumula ya 10 goles en esta temporada, y donde apostar por sus goles es sinónimo de garantía, como los bonos para apuestas deportivas de estas casas.
Paolo Guerrero es uno de los jugadores más icónicos de Perú, no solo por sus goles, si no por lo que representa dentro y fuera de la cancha y por su alma de ‘’Depredador’’.
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